VIH y preservativos

Una pregunta obligada  que nos tenemos que hacer respecto al uso del preservativo es la siguiente: ¿Nos protege al 100% contra la trasmisión de VIH?.

Mucho se ha hablado estos ultimos tiempos de los dichos de el Dr. Abel Albino sobre que el preservativo no presenta proteccion ante este virus a la hora de tener relaciones sexuales.

Pero hay estudios que afirman que los preservativos en su fabricación tienen poros.Poros por dónde no pasa el aire abruptamente, pero si lo dejas inflado se desinfla en días.. Por esos poros no pasan los espermatozoides pero si pasaría el virus del VIH y otros también. Se sabe que en realidad quedan «pegados» por electroestatica al látex y no pasan y si pasara no sería la carga viral posible para infectar. Si se lee los trabajos la protección de los preservativos ante las enfermedades de transmisión sexual es del 95%. Por esta razón no es del 100%. Eso es con un uso excelente del preservativo, si ya lo usas  mal o sea y por ejemplo tenés «franeleo» desnudos sin preservativos la seguridad de *no* contagio baja al 40%. 

Otra cosa..
Existen en medicina filtros de porcelana que se utilizan para estudio y para filtrar sustancias y los estudios dicen que los virus del VIH y otros virus pasan este filtrado extremo.
Les venden a los chicos como que los preservativos son un chaleco antibalas contra las enfermedades de transmisión sexual pero no es tan así hay muchos factores que influyen en que este método sea muy efectivo.
Si…

Se han realizado muchos estudios para determinar la eficacia del condón para evitar la trasmisión de VIH en personas heterosexuales. La mal llamada “sabiduría popular” (o deberíamos decir, “lo que la gente dice”) apuesta por una protección de 100%   del preservativo no sólo contra VIH sino también  contra embarazo no deseado y el resto  de las enfermedades venéreas,  pero la evidencia científica nos demuestra que definitivamente no es así.

A este respecto existe una gran cantidad de información en Internet con diferentes grados de fiabilidad, donde podemos encontrar un sin número de estadísticas con resultados contradictorios, sin embargo, cuando se consultan fuentes exclusivamente científicas, el acuerdo es unánime al señalar que el preservativo usado a largo plazo,  de manera correcta en cada relación  reduce de manera importante el riesgo de contagio de VIH, pero no lo elimina al 100%. Ya en el año 1997 el estudio realizado en Estados Unidos por Steven D. Pinkerton, y Paul R. Abramson  titulado “Effectivness of condoms in preventing HIV transmission1” (La efectividad de los condones para prevenir la trasmisión del VIH) reportaron una efectividad de aproximadamente 90-95%  siempre y cuando se utilice el condón de manera correcta y consistente (esto es, sin cometer ningún error  usándolo en cada relación heterosexual), así mismo, para el llamado uso “típico”  del preservativo, esto es, no usado en el 100% de los casos, la protección disminuye hasta el 60-70%.

En otro estudio realizado también en Estados Unidos en 1999 por Weller S y Davis K, titulado “Condom effectiveness in reducing heterosexual HIV transmission2” (Efectividad del condón en la reducción la trasmisión heterosexual del VIH)  se estudiaron a 587 parejas sero-discordantes (esto es, un miembro de la pareja era VIH positivo y el otro no) que utilizaban el preservativo como método de protección. Esta revisión indica que el uso consistente de condones reduce  en un  87%  el contagio del VIH.

enferdom preservativos

Como podemos ver, diferentes estudios ofrecen diferentes porcentajes, pero generalmente se acepta una protección aproximada del 95%.

Lamentablemente no se cuenta hasta ahora con un estudio similar en parejas homosexuales, por lo cual, la protección en este grupo se desconoce.  Si te estás preguntando ¿Qué diferencia existe en el riesgo de contagio para los homosexuales que no se ve en los heterosexuales? La respuesta es muy sencilla, la ruta de acceso del virus a la circulación general. A diferencia de la vagina, el recto, por ser parte del tubo digestivo, no está naturalmente dotado de las características necesarias para el coito, lo que suele causar fisuras en su pared, las cuales representan una vía de acceso muy grande para todo tipo de virus. Múltiples publicaciones han señalado el aumento tan importante del VIH en la comunidad homosexual, a pesar de las campañas de educación sexual tan difundidas. Aunque en Estados Unidos, la comunidad homosexual y bisexual  representan solo el 1 % de la población, a finales del 2011, se estima que 500.022 (57%)  personas que viven con un diagnóstico de VIH en los Estados Unidos eran hombres homosexuales y bisexuales, o  hombres homosexuales y bisexuales que también se inyectan drogas.

Dentro de las fallas mecánicas del preservativo se ha encontrado que a tres de cada 10 hombres se le ha roto alguna vez el condón en los últimos tres meses. Así lo muestra un estudio de la revista ‘Sexually Transmitted Infections’ de Abril del 2007.

Investigadores estadounidenses y británicos han observado que al 31,3% de los hombres se le ha roto el condón alguna vez durante las relaciones sexuales. Este dato les ha llevado a realizar un estudio para averiguar por qué se rompe un preservativo y qué personas tienen más problemas con ellos. (3)

En un estudio realizado en Finlandia, el 37% de los varones y el 34% de las mujeres que eran usuarias de condones afirmaban que habían tenido en algún momento un fallo en su utilización y, tanto en varones como en mujeres, uno de cada cuatro manifestaba haber experimentado una rotura del condón en el pasado (Kirkkola et al. 2005) (4)

En otro estudio realizado en jóvenes de Estados Unidos, el 71% de los que habían usado condón en los últimos tres meses experimentaron al menos un error durante el periodo de utilización (el 41% se olvidaba de su uso, el 31% sufria roturas y el 15% deslizamientos, y solamente un 16% se podía clasificar como “usuario consistente” (Paz-Bailey et al. 2005) (5)

Sabemos muy bien que el uso incorrecto del preservativo disminuye mucho su eficacia, sin embargo, hay que recordar que siempre será preferible su uso, de ser posible, en cada relación.

Podemos decir que los cinturones de seguridad, alarmas de humo, y vacunas son medidas preventivas destinadas a reducir los riesgos de salud. Sin embargo, su uso no elimina todos los riesgos. Del mismo modo, el uso de condones de látex es un medio eficaz para reducir el riesgo de la transmisión sexual del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), el virus que causa el SIDA .

Las medidas preventivas que son  totalmente eficaces contra la transmisión sexual de enfermedades son la abstinencia y las relaciones sexuales entre parejas no infectadas, mutuamente fieles.

El 100% de cumplimiento de preservativos entre las personas con riesgo de transmisión de enfermedades de transmisión sexual es tan “poco realista” como 100% de cumplimiento del cinturón de seguridad o el 100% de cobertura de vacunación. Sin embargo, son ampliamente promovidos, ya que son vitales para la buena salud pública. El uso constante de los cinturones de seguridad podría reducir las muertes en accidentes de motor en un 40% o más, pero, como los condones requieren acciones repetitivas que son frecuentemente inconvenientes, pueden llevar a algunas personas a abandonar su uso.

Es importante recordar que existen muchas enfermedades de transmisión sexual para las que el preservativo ofrece poca o ninguna protección.

Aunque el preservativo será siempre un método imperfecto, debido principalmente al factor de error  humano que va detrás de su  uso, ofrece una protección importante contra la infección de VIH y otras enfermedades, por lo que la promoción de su uso en población de riesgo será siempre aconsejable.

una famosa marca de preservativos hace publicidad aprovechando los dichos de un conocido medico.